Es necesario que el Ministerio renueve y revise los acuerdos de compra que vencen e introducir mejoras con volúmenes adecuados e importes económicos ligados a los altos costes de producción del tabaco.
El sector del tabaco en Extremadura está ahora en plena campaña de recolección y entrega de la variedad Virginia. Todo se está desarrollando con normalidad porque el tiempo seco, solo con alguna excepción, permite una recolección y curado óptimo y a buen ritmo. La entrega de tabaco a las empresas de primera transformación está siendo lenta y terminará a finales de febrero. Mientras, las variedades Burley y Havana están ya recolectadas y en los secaderos, esperando las lluvias de otoño para preparar para su venta.
Los volúmenes de contratación en esta cosecha son muy similares a los de 2017 y, aunque todos los años hay presiones para reducirlos, no hay modificaciones significativas por la fuerte presión de la oferta de los productores y las cooperativas. Además, es importante señalar que la producción y calidad del tabaco extremeño son muy estables, al contrario que otros países, lo que hace que nuestro tabaco sea cada vez más apreciado en los mercados internacionales.
Además, los convenios que se firman entre el Ministerio de Agricultura y las principales compañías multinacionales dan tranquilidad, pero lo importante de ellos es que afecten a la mayor parte posible del tabaco producido en Extremadura, algo que se ha venido consiguiendo. Sin embargo todos los acuerdos, salvo el suscrito con Japan Tobacco, están vencidos y es preocupante. El Ministerio debe renovar y revisar esos acuerdos de compra que vencen e introducir mejoras con volúmenes adecuados e importes económicos ligados a los altos costes de producción.
Y es que los precios que perciben los productores en España son bajos en relación a esos costes de producción. Y también en comparación a los de otros países de la UE con similares calidades. Es muy importante estudiar y establecer oficialmente cuáles son los costes reales de producción y poder trasladarlos a los acuerdos que las manufactureras firman con el Ministerio de Agricultura, que deben reflejar no solo volúmenes de compra sino también cuantías económicas, como sucede en Italia.
A ello se suma el cambio que va a suponer el camino iniciado por las manufactureras para comercializar nuevos productos del tabaco como los cigarrillos sin combustión y el futuro complicado que se nos presenta con la nueva reforma de la PAC. Esperamos que se mantenga un sistema de regionalización para que los productores de tabaco no sean una vez más los sacrificados. A pesar de lo poco que nos quieren en Europa, este es un sector que ha alcanzado unos niveles de sostenibilidad muy altos y estaremos preparados para afrontar los retos medioambientales que se esperan.
Y es que no, no hay alternativas a la producción de tabaco que generen el mismo nivel de actividad económica ni en las mismas condiciones de estructura de la tierra. Por eso estamos trabajando en diversificación, con cultivos que puedan completar los ingresos de las explotaciones y así no depender de una sola actividad.
Es uno de los muchos aspectos por los que apostamos desde las cooperativas tabaqueras extremeñas, que han realizado importantes inversiones además en la mejora de los secaderos de tabaco, colectivizando la actividad en grandes centros de curado en las cooperativas y empleando nuevas energías renovables. A día de hoy, más del 70% del tabaco se cura con biomasa y esto es otro factor fundamental de la sostenibilidad del tabaco extremeño, muy lejos de cualquier otro origen de tabaco mundial en este aspecto.
Las cooperativas son fundamentales y prácticamente todo el sector del tabaco está integrado en entidades asociativas. Es una cooperativa la que ha conseguido firmar contratos trienales. Que podamos establecer contratos plurianuales, tal y como viene reivindicando esta Sectorial de Tabaco de Cooperativas Agro-alimentarias Extremadura, daría aún más estabilidad al sector y permitiría a los productores afrontar el futuro con más garantías.
Dejemos claro, una vez más, que la producción de tabaco no tiene nada que ver con el consumo. Nosotros no producimos fumadores. Nos dedicamos a producir tabaco de la forma más sostenible posible, con respeto al medio ambiente y con la máxima calidad, libres de residuos de fitosanitarios, limitando el uso de fertilizantes y del agua de riego y contribuyendo al mantenimiento de la biodiversidad.