Las lluvias de primavera y las suaves temperaturas de junio han transformado radicalmente las iniciales expectativas negativas que teníamos en unas previsiones buenas en Extremadura, con una producción media y de alta calidad de la uva.
Aunque es pronto para hablar de cifras concretas, la vendimia que prácticamente acabamos de iniciar en Extremadura será una campaña de producción media y de alta calidad de la uva. Una cosecha media supone en nuestra región acercarse a los cuatro millones de hectolitros pero es muy complicado avanzar aún, a fecha de este análisis, cantidades concretas. Lo que sí está claro es que será superior a la campaña del año pasado, algo que es fácil teniendo en cuenta que ninguna producción de los últimos años en Extremadura fue tan baja como la del año pasado.
Partimos, por tanto, del bajo umbral que nos dejó la campaña pasada, con un fuerte descenso de producción vitivinícola que, aunque fue generalizado en toda España, fue especialmente acusado en Extremadura, con una especial incidencia en las zonas de secano como es Tierra de Barros. En esta zona es precisamente donde esperamos, si la meteorología no cambia, un mayor incremento en la cosecha de uva de este 2018, con parcelas ya recuperadas que superen los 3.000 kilos del año pasado y lleguen a los 7.000 kilos que producen en condiciones normales.
Todo esto se debe a la meteorología que venimos registrando. Del mismo modo que las condiciones adversas del año pasado, con una sequía muy severa y altas temperaturas, provocaron un descenso de la producción y el adelanto en casi un mes del inicio de la vendimia en Extremadura, este año la situación es muy distinta. Las abundantes lluvias de primavera han salvado la cosecha de esta campaña de los viticultores extremeños, porque el agua ha permitido que la planta tenga más vigor y se recupere la vid, que ha cargado sus reservas de agua.
Esas lluvias de primavera, unidas a las suaves temperaturas registradas en el pasado mes de junio, han transformado radicalmente las iniciales expectativas negativas que teníamos en unas previsiones buenas para esta vendimia, tanto de cosecha normal en producción como de calidad alta de la uva extremeña, especialmente en la tinta, que están en un estado de maduración ideal porque han tenido temperaturas altas durante el día y frescas por la noche.
Temperaturas que además, junto a las lluvias de primavera, han alargado el ciclo vegetativo de la vid, lo que ha provocado que el comienzo de la vendimia en nuestra región se retrase unos 20 días respecto al inicio del año pasado. No obstante, aunque las uvas vengan con ese retraso en maduración, la duración de la vendimia extremeña será similar a la de campañas de otros años, en los que se ha prolongado durante 40 días aproximadamente.
Este punto de partida de la vendimia extremeña es el mismo que el que se da, en principio, en toda España con una estimación también de una cosecha mejor que el año pasado pero media en cantidad y con una producción de calidad. Respecto a nuestro país, Extremadura es la segunda productora de vino, lo que refleja la importancia del sector vitivinícola extremeño, destacando la labor además de las cooperativas agrupadas en Cooperativas Agro-alimentarias Extremadura, que producen en torno al 68% de la cosecha regional (aproximadamente un 38% de los vinos tintos y un 62% de los vinos blancos) en una base territorial productiva de 39.500 hectáreas.
Esta campaña empieza además en Extremadura con un descenso de los precios respecto a los que hemos tenido al finalizar la campaña pasada, algo que es una evidencia de que este año sí tendremos una cosecha mejor que el año pasado en cuanto a producción.
Las mermas de cosecha del año pasado no sólo se produjeron en Extremadura, sino que se registraron a nivel mundial y eso hizo que los precios subieran por la baja producción. Desde entonces, la evolución de los precios ha ido al alza durante este último año hasta que, con las lluvias de primavera ya se estimaba que esta campaña sería normal y entonces los precios se estabilizaron. Pero hay que tener en cuenta además que esos precios no dependen sólo de nosotros, porque vivimos en un mundo globalizado y si la previsión es que Italia produzca este año 50 millones de kilos de uva, Francia más de 40 y España igualmente en torno a 40 millones de kilos de uva, lo normal es que en el mercado se produzca una corrección de precios a la baja.
Bien es verdad que prácticamente no hay existencias por retirar en las bodegas, pero el mercado funciona así y al haber unas expectativas de cosecha mejores a la del año pasado, los precios han bajado respecto a los que tuvimos al finalizar la campaña anterior.
Por eso, desde Cooperativas Agro-alimentarias Extremadura apostamos por que el sector vitivinícola extremeño apueste por consolidar el mercado internacional de vino a granel, por incrementar el envasado de nuestros vinos y, con ello, del valor añadido que nos quedamos, por continuar exportando y por distinguirnos con la calidad que ya tenemos y que cada día es más reconocida.