Es pronto para aventurarnos en previsiones, pero la sensación en el sector es que vamos a tener buena producción, que incluso podría ser récord si llueve más durante la primavera.
Extremadura es la tercera región productora de maíz de nuestro país. El año pasado superamos las 574.000 toneladas, que están ya lejos de las 716.000 toneladas que se alcanzaron en la campaña de 2014. Unos datos que reflejan el declive en el que ha entrado este cultivo.
Sin duda, este cultivo, que ha tenido siempre un gran peso en nuestra región, ha entrado en declive y la causa es fácil de identificar: unos precios muy bajos para el agricultor, a pesar de que el consumo humano de maíz va en aumento y la calidad con la que lo producimos hace que el mercado pueda ser interesante.
Pero no lo es para el agricultor, que recibe un precio por el maíz con el que le resulta difícil sostener la viabilidad de su explotación ya que los costes son altos y no le queda más remedio que mirar a cultivos alternativos, como está haciendo desde hace un tiempo ya. De hecho, para esta campaña seguramente el trigo aumente en Extremadura respecto al año pasado, del mismo modo que la cebada. Ambos como alternativa al maíz, cuya producción y superficie posiblemente descenderá, teniendo en cuenta además que se está apostando también por la colza, por sus precios más altos que el trigo y la cebada y porque además su cultivo aporta muchos nutrientes a la tierra.
Todo ello se debe a que el cultivo maíz se paga a unos bajos precios para el agricultor, pero si el maíz funcionara, se arreglaban el resto de cultivos, porque el es regulador de todos los cultivos de regadío.
De momento las sensaciones en el sector son buenas por el año climático que estamos teniendo, frente a la gran incertidumbre que sobrevolaba entre todos de cara a esta cosecha antes de las lluvias registradas este pasado mes de marzo. Y es que a las siembras de cereales de invierno, que ya están hechas (el maíz se siembra en mayo más o menos), les ha venido muy bien el invierno frío que hemos tenido, ya que la semilla arraiga mejor por estar el suelo seco, duro y frío. Las recientes lluvias han dado humedad a la superficie del campo y eso va a hacer que el cultivo evolucione mucho mejor.
No obstante, llevamos cierto retraso en el cultivo de cereales debido a esas lluvias y el poco calor. Un retraso de un par de semanas que es generalizado. Lo estamos teniendo en Extremadura pero también en otras comunidades autónomas.
Es pronto para aventurarnos en previsiones, pero la sensación en el sector es que vamos a tener buena producción, que incluso podría ser récord si llueve más durante la primavera.
Avena, trigo blando y cebada fueron los principales cultivos de cereales de invierno durante el año pasado en Extremadura y esta campaña todo parece apuntar a que seguirá siendo así, con un repunte de trigo y cebada. Y esto como alternativa a los bajos precios que se pagan por el maíz, como decía antes.
En esto influye mucho, no lo vamos a negar, el mercado. Ahora mismo los precios del trigo y la cebada están altos, condicionados siempre por la superficie mundial, que, en el caso del trigo, descenderá en Asia, Europa y norte de África, mientras que es incierta en EEUU por la sequía. A ello se suma el previsible aumento del consumo mundial de cebada para piensos y productos transformados y la fuerte demanda de China, Irán y Turquía. Todo esto, unido a la reducción de existencias a nivel mundial en trigo y cebada, nos hace pensar que el precio de ambos cultivo se mantendrá alto, lo que dará un respiro a nuestros agricultores.
Esto podría aliviar tanta preocupación que tenemos en el sector cerealista por los daños en plantaciones provocados por la fauna silvestre, sobre todo en los cultivos de regadío; el desarrollo de plagas; la resistencia de las malas hierbas a los herbicidas. Todo ello afecta al bolsillo del agricultor, haciendo crónico el problema que venimos sufriendo de bajos precios para poder mantener la renta ante costes en constante crecimiento frente a unos precios en continuo descenso por su producción.
Necesitamos, entre otras cosas, la unidad del sector, para que sea fuerte y esté preparado por superar los nuevos retos que se nos plantean cada día; para dar relevancia a un sector tan importante en nuestra región, que produce un alimento fundamental en la alimentación de una población, no nos olvidemos tampoco de ello, creciente.