Fruta por la que el agricultor recibe 20 céntimos de euro por kilo y que después el consumidor paga a hasta 2 euros por kilo. Esto refleja la grave situación del sector frutícola, motivada por importantes problemas estructurales.
Fruta por la que el agricultor recibe 20 ó 30 céntimos de euro por kilo y que después el consumidor paga a hasta 2 euros por kilo. Esta es la mejor fotografía que refleja la grave situación en la que se encuentra el sector frutícola, no sólo extremeño, sino de todo el país, motivada por importantes problemas que han dejado de ser coyunturales para convertirse en estructurales.
Tan grave es esa situación, arrastrada desde hace años ya, que el sector ha tomado las riendas, junto al Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, y se espera que antes de finales de año pueda cerrarse el compromiso para contar con un plan estratégico para el sector de la fruta dulce, al que se han planteado numerosas propuestas desde Cooperativas Agro-alimentarias.
El “veto ruso” es un factor muy importante para explicar la situación de desequilibrio del mercado de la fruta de hueso en España, ya que el cierre del mercado ruso ha generado una saturación en el resto de mercados con un producto que, no lo olvidemos, es perecedero. Pero no es el único factor, ya que hay otros que lo explican y que hay que analizar y reflexionar sobre ellos.
Uno de ellos es la actual sobreproducción que tenemos de fruta, motivada por el incremento de plantaciones y rendimientos y por la conversión de explotaciones dedicadas a fruta de pepita en explotaciones de fruta de hueso, debido a la competencia de terceros países.
A esa sobreproducción se suman los cambios meteorológicos, que siempre nos influyen, y que en los últimos años ha provocado que la recolección de algunas variedades coincida con las de otras regiones, cuando antes se alternaban en el tiempo. Y eso nos lleva a que la oferta sea aún más superior que la demanda y a problemas de comercialización y saturación de mercados.
¿Cómo se puede solucionar esto? Hay que ajustar la oferta a la demanda, cuantitativa y cualitativamente. Y para ello hay que limitar las nuevas plantaciones, para que no aumente el potencial productivo en un escenario de sobreoferta; y hay que aplicar un plan de arranque y abandono, que contemple ayudas para las explotaciones que salgan del sector y que se dediquen a otro cultivo durante un periodo determinado de tiempo, regulando así la producción excedentaria que tenemos.
Pero además, a todo ello se une la caída o estancamiento del consumo de fruta, a pesar de que se trata de uno de los componentes más saludables de nuestra dieta y fácil de consumir. Se hace necesaria su promoción y para ello Cooperativas Agro-alimentarias apoya firmemente la creación de una Interprofesional.
La apertura de nuevos mercados en terceros países se hace también imprescindible y la Administración debe intensificar sus trabajos para la negociación o renegociación de protocolos de exportación de fruta o para la reapertura del mercado ruso.
Y es que además, como sucede en muchos sectores, en el de la fruta existe un desequilibrio en el poder de negociación por el bajo nivel de concentración de la oferta y el elevado nivel de concentración de la demanda. Más claro aún: tenemos 200 organizaciones de productores (OP) en España y únicamente 5 grupos compradores de fruta.
Hay que actuar sobre esto y desde Cooperativas Agro-alimentarias lo que planteamos es que se promuevan los procesos de fusión o integración de las OP y que se incrementen los requisitos mínimos de reconocimiento de las OP, que deberían contar además con medios propios y dedicar un porcentaje mínimo de gasto a promoción comercial.
Son todos factores, problemáticas y soluciones que llevarán al sector frutícola a regresar a su senda de crecimiento, que ha llevado a Extremadura a ser la cuarta región de España en volumen total de fruta de hueso, con la ciruela como su principal cultivo y con la cereza del Jerte como un referente mundial.
Indudablemente, el frutícola es un sector de gran peso económico en Extremadura, que genera mucho empleo, y que se debe cuidar para que continuemos avanzando y podamos afrontar todos los retos que tenemos por delante.