Este sector, con un importante peso económico, social y medioambiental, tiene por delante dos o tres años decisivos en los que se van a despejar todas lasdudas sobre su futuro
Extremadura acapara el 98% de la producción nacional de tabaco que se viene contratando las últimas campañas. Esto es, más que un dato, una muestra de la importancia de este cultivo, que posiciona a nuestra región como líder. No podemos olvidar que el sector tabaquero extremeño ofrece estabilidad en cuanto a volumen de producción, una alta calidad y unos altos estándares de sostenibilidad por su compromiso medioambiental, social y laboral, situándose así a la cabeza de Europa.
De hecho, todo el tabaco que se ha producido esta campaña en Extremadura está ya recolectado y en breve estará curado, envasado y preparado para su entrega a las empresas de transformación. La calidad de la cosecha es alta y similar a la media de las últimas, así como el rendimiento, aunque se han registrado algunos daños por viento y pedrisco. En cualquier caso, las cifras de producción serán similares a las de contratación para la variedad Virginia, habiéndose entregado una media del 45%, si bien el porcentaje varía por empresa (Cetarsa 40% y Deltafina 80%). Mientras, el tabaco de las variedades Burley y Havana comenzará a entregarse a mediados de diciembre.
Sin embargo, las perspectivas de este sector son una incógnita, a pesar del importante peso económico, social, laboral y medioambiental que tiene. Ahora tenemos por delante dos o tres años decisivos en los que se van a despejar todas esas dudas sobre el futuro del sector tabaquero.
Esto es debido a que a día de hoy solo Japan Tobacco International tiene suscrito un acuerdo plurianual de compra de tabaco en España para las cosechas 2019, 2020 y 2021. Estos acuerdos son muy importantes para seguir dando estabilidad al sector, tal y como venimos reclamando desde hace tiempo desde la Sectorial de Tabaco de Cooperativas Agro-alimentarias Extremadura. Creemos que es urgente establecer las condiciones para conseguir que todas las multinacionales tengan compromisos plurianuales de compra con volúmenes proporcionales a sus ventas de cigarrillos en España y que estos acuerdos reflejen volúmenes y cuantías económicas, como ocurre en Italia, con importes que permitan la sostenibilidad económica del sector.
Porque debemos tener en cuenta también otros factores más, como el incremento de costes para los productores. La subida del salario mínimo aprobada por el Gobierno de España ha supuesto un incremento de más 5 céntimos por kilo de tabaco producido, a lo que hay que sumar el aumento del precio de la electricidad, biomasa, etc. sin que podamos trasladar esas subidas a nuestros compradores. Esto se traduce en una menor viabilidad de las explotaciones, ya que además los precios están estancados y esta campaña está suponiendo un punto de inflexión. Hay compromisos de subidas de precio en torno al IPC pero de momento no se están produciendo y así los precios, con los mismos porcentajes del año pasado, son más bajos.
Las cooperativas tabaqueras aspiramos además a que la nueva PAC contribuya de igual forma que la actual al mantenimiento de la actividad económica de las comarcas tabaqueras y que se asegure un sistema de regiones que permita mantener ayudas similares a las actuales en las comarcas tabaqueras, evitando las pérdidas que han ocasionado las reformas anteriores. Además, se debe valorar el alto aprovechamiento por el sector de las ayudas, tanto del primero como del segundo pilar que han sido un ejemplo de desarrollo sostenible de unas comarcas, evitándose así el despoblamiento. Esto debe ser considerado de forma prioritaria en el Plan estratégico nacional, a la vez que, por otro lado, se mantienen y mejoran las ayudas agroambientales dentro del programa De desarrollo Rural de Extremadura.
Unas perspectivas que, como decíamos al principio, son una incógnita y con múltiples factores: la reforma de la PAC, la bajada del consumo de cigarrillos, la introducción de dispositivos que consumen menos tabaco, además de otras circunstancias sociales. Todo ello hace que sea necesario ir planeando un nuevo escenario en el que se vayan estudiando cultivos que puedan paliar el descenso de rentas que en un futuro puedan tener los cultivadores de tabaco. Así, desde Cooperativas Agro-alimentarias Extremadura creemos que se debe trabajar de forma coordinada con todos los agentes del sector -cooperativas, compañías transformadoras y centros de I+D- para intentar crear una cultura de diversificación en las zonas tabaqueras y dar un futuro a este importante sector.