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Ajustando la fruta
Aunque estamos viviendo una campaña diferente por el COVID-19, las cooperativas se están adaptando a todo. Esta nueva situación la vivimos con dificultad y problemas, pero no mal, porque se han implementado todas las medidas de seguridad y salud en las explotaciones de nuestros socios y en las cooperativas.
Extremadura continúa siendo la cuarta región de España en volumen total de fruta de hueso, con la ciruela como su principal cultivo y con la cereza del Jerte como un referente mundial. Las cooperativas son fundamentales para este sector, que tiene un gran peso económico en nuestra región y que genera mucho empleo, porque aunque las cifras son importantes, también lo es la excepcional calidad de la fruta extremeña, muy demandada en los mercados internacionales.
Esas cifras alcanzan las 238.592 toneladas de producción de fruta de hueso en nuestra región, según las primeras previsiones de Cooperativas Agro-alimentarias Extremadura para esta campaña, lo que supone un descenso del 17% respecto a la campaña anterior.
Las primeras estimaciones de producción realizadas por Cooperativas Agro-alimentarias Extremadura apuntan que la ciruela continuará siendo la principal fruta que se produce en Extremadura, con una estimación de producción de 74.557 toneladas. Le sigue la nectarina, para la que se prevé una producción de 61.416 toneladas; el melocotón, con una estimación de 30.111 toneladas en esta campaña; y el paraguayo, del que se producirán 11.708 toneladas según estas mismas estimaciones.
A todo ello se suma la cereza, otro producto ‘estrella’ de la fruticultura extremeña, que registrará, en la misma línea con lo anterior, un descenso respecto al año pasado, con una previsión de producción de 25.987 toneladas.
Esta merma de producción se debe, por un lado, a la superficie de fruta de hueso arrancada a finales del año pasado y principios del actual y, por otro lado, a la meteorología, con pocas horas de frío en invierno y con lluvias y granizos que afectaron a algunas zonas productoras extremeñas. A ello se suma otro factor en el caso de la ciruela, donde se estima un descenso más acusado (se calcula una reducción del 20%), por la vecería que afecta a los ciruelos tras una campaña pasada con una importante producción.
La fruta extremeña está entrando de forma muy escalonada en las centrales, con una buena calidad y si la tendencia se mantiene se esperan buenos precios. Todo se está desarrollando con normalidad en una campaña que empezó, eso sí, con incertidumbre por la situación de pandemia, que además ha tenido como consecuencia directa la necesidad de realizar inversiones para garantizar la seguridad.
Aunque estamos viviendo una campaña diferente por el COVID-19, las cooperativas se están adaptando a todo. Esta nueva situación la vivimos con dificultad y problemas, pero no mal, porque se han implementado todas las medidas de seguridad y salud en las explotaciones de nuestros socios y en las cooperativas. Por ejemplo, hemos instalado mamparas de protección en la línea de confección de las centrales frutícolas y, por supuesto, hemos facilitado a los trabajadores equipos de protección como mascarillas, guantes y zonas de desinfección.
Las cooperativas, sus socios y todos los trabajadores son muy conscientes de esta situación y se está llevando bien, dentro de lo distinto que es todo.
Por otro lado, uno de los aspectos positivos de esta campaña es que no se espera una presión en los mercados tan alta como la del año pasado cuando la salida de fruta de prácticamente todas las regiones productoras coincidió en fecha y saturó el mercado. Este año no se espera una situación así porque todo va con un ritmo adecuado y además la fruta está saliendo con una alta demanda, mayor ahora mismo que la oferta.
A pesar de ello, no debemos perder la perspectiva de un sector que arrastra problemas estructurales importantes por la sobreproducción nacional, acrecentados por el descenso de consumo, el veto ruso o el Brexit. Ante ello, el sector debe afrontar nuevos retos que permitan detener el abandono de muchas explotaciones en Extremadura, por lo que hay que trabajar en la búsqueda de nuevas variedades más adaptadas a las nuevas demandas del mercado y del consumidor, apostando por la calidad, la diferenciación y las nuevas presentaciones del producto.
En este sentido vemos como un buen paso el plan de reconversión varietal de la fruta de hueso en Extremadura que nos ha presentado la Consejería recientemente.
Aunque aún queda mucho por definir en este plan, desde Cooperativas Agro-alimentarias Extremadura ya hemos presentado nuestras propuestas para definir qué variedades son las que se deben incluir para ser más competitivos, acaparar mercado sin saturarlo y relanzar un sector que es tan esencial en el campo extremeño y en la economía de la región por todo el empleo que genera.