Las cooperativas extremeñas se han alzado con varios galardones de los Premios Espiga, los que se concede a vinos con Denominación de Origen Ribera del Guadiana en el concurso que cada año organiza la Caja Rural de Extremadura cada año y que en esta ocasión llegó a su décima edición.
Vega Herrera Roble Tempranillo de Cooperativa San Isidro obtuvo la Espiga de Oro en Vinos Tintos Roble; mientras, en la categoría de Vinos Tintos Reservas, Campobarro Tempranillo de la cooperativa San Marcos conseguía el tercer puesto.
Zaleo, de la cooperativa Viñaoliva, se hacía además con la Espiga de Bronce en la categoría Vinos Tintos Cosecha, mientras que el segundo premio de esta categoría iba a parar par el Orgullo de Barros, de la Cooperativa Nuestra Señora de la Soledad, de Aceuchal, que lograba además el tercer premio en rodados.
El máximo galardón, el Gran Espiga, fue a parar a una bodega debutante en estos premios: Carabal, sita en Alía, que se llevó además con sus caldos el premio Espiga de Oro en la categoría de Vinos Tintos Crianzas y el Bronce en Tintos Roble.
En vinos blancos, destacó Blasón del Turra de Santa Marta Virgen, que obtuvo la Espiga de Oro, mientras que los otros dos premios fueron para Emperador de Barros, de Bodegas Viticultores de Barros. En rosados, fue galardonado el vino Jaloco Cabernet Sauvignon, de Bodegas Antonio Medina.
El primer premio de la categoría de Vinos Tintos Reservas fue para Torremayor Tempranillo 2003 de Viña Santa Marina, el segundo fue para Payva y el tercero para la cooperativa San Marcos por su Campobarro Tempranillo.
Señorío de Alange Syrah de Viñas de Alange obtuvo la Espiga de Oro en la categoría Vinos Tintos Cosecha; y Orgullo de Barros de Nuestra Señora de la Soledad y Zaleo de Viñaoliva conseguían las Espigas de Plata y Bronce respectivamente.
Vega Herrera Roble Tempranillo de Cooperativa San Isidro logró la Espiga de Oro en Vinos Tintos Roble, seguido de Vallarcal Roble, que se hizo con la Espiga de Plata.
El acto de entrega de estos premios contó con la presencia del presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, quien subrayó la alta calidad de la que pueden hacer gala hoy día los vinos elaborados en la región y las posibilidades que ello le aporta a la hora de competir en el mercado internacional y globalizado.
Así, reconoció el trabajo de todas las bodegas participantes en el certamen y apostó por la calidad de los caldos, indicando que "debe ser nuestra esperanza en el futuro y debe dejarnos muy claro que cada vez estamos en mejores condiciones para poder competir con otros vinos".
No obstante, el presidente extremeño alertó de que el resto de competidores mundiales también están haciendo cada vez mejores vinos, por lo que invitó a los vitivinicultores de la región a seguir por la senda de la calidad y de la competitividad bajando los costes de producción y conquistando más mercados en el extranjero.
Guillermo Fernández Vara animó al sector a "aprovechar las enormes posibilidades que Europa ofrece a este mercado para abrir nuevas puertas y fomentar las posibilidades de crecimiento de las industrias vinícolas", remarcando además la vital importancia que este sector, y el primario en general, tiene para la economía extremeña.
Por su parte, el presidente de Caja Rural de Extremadura, Mariano Señorón, destacó también durante su intervención el camino recorrido por los vinos extremeños en la última década y consideró que "la mejor ayuda para el vino son las ventas".