El sector vacuno representa el 6% de la Producción Final Agraria y el 16,49% de la Producción Final Ganadera de España, lo que lo coloca en el cuarto puesto en cuanto a importancia tras el porcino, el vacuno de leche, y el avícola.
Durante 2016 hubo ciertas variaciones al alza de los censos a nivel nacional los censos con respecto al año 2015, que corresponde al 3,48 % y del 6,39% en Extremadura.
El censo total de vacuno de carne se cifra en 6.451.218 animales, 1.707.889 de ellos poseen una edad menor de 12 meses y van destinados a sacrificio, otros 265.682 animales tienen una edad comprendida entre 12 y 24 meses, y otros 3.141.433 animales tienen una edad superior a los dos años. De estos últimos, 1.973.04 cabezas corresponden a vacas de carne, 827.441 cabezas a vacas de aptitud lechera y otras 135.830 cabezas corresponden a machos.
En cuanto al número de explotaciones totales de vacuno, según datos de SITRAN, son 151.931, lo que suponen un descenso del 1,17% a fecha de 1 de enero de 2016, con respecto al año anterior mientras que por el contrario la producción aumenta ligeramente al subir el número de animales sacrificados con respecto al año anterior. El descenso más significativo es el relacionado con la categoría de reproducción para producción de leche.
Referente a la situación de mercado, se registró una ligera bajada de la media de los precios con respecto a los años 2014 y 2013 en los animales de abasto pero no importante y perfectamente asumible por el sector; ya el precio de las terneras bajó un 8,96% y el de los añojos un 4,13%. En cambio, los animales con destino a vida, los pasteros, tuvieron un precio estable a lo largo de los referidos años. De tal modo, la situación de precios fue estable.
Esta estabilidad es debida a que la producción no aumentó, siguió exportándose animales a los países del Magreb y los costes de producción se mantuvieron estables, sobre todo en cuanto a alimentación, por lo que se dio cierto equilibrio en el mercado que hizo sostenible al sector.
Las explotaciones más rentables fueron las de venta de terneros pasteros, que se mantuvieron a precios altos debido a las demanda de los cebaderos nacionales y a las exportaciones a terceros países del Megreb que pedían gran cantidad de animales para sacrificarlos por el rito “Halal”. Las explotaciones de cebo de terneros hasta los 550-650 kilos de peso vivo también vieron aumentada su rentabilidad con respecto a años anteriores.