Comunicación

Viñaoliva implementa sus procesos productivos a través de la revolución de la industria 4.0

Aprovechar las oportunidades a partir de decisiones empresariales adecuadas, desde la producción a la comercialización, es el fin de la estrategia en digitalización puesta en marcha por Viñaoliva en su apuesta por seguir creciendo en digitalización e información

Industria 4.0, industria inteligente, cuarta revolución industrial, revolución digital,… Existen diversos nombres para este nuevo concepto que se está instalando ya en ámbito empresarial ante un cambio tecnológico que ha vuelto a la sociedad cada vez más informada y exigente. Ese nuevo entorno plantea muchos retos, pero también muchas oportunidades que el grupo cooperativo Viñaoliva ha comenzado ya a aprovechar.

Así, está llevando a cabo desde hace un tiempo un arduo trabajo de aplicación de nuevas tecnologías para transformar la cooperativa en una empresa cooperativa inteligente que permita lograr mejores resultados de negocio. Esta auténtica revolución se está consiguiendo al integrar todos los procesos de producción, elaboración, comercialización de Viñaoliva a través de la digitación de esas fases, tanto de productos como de servicios que ofrece a sus socios.

“Los resultados que estamos viendo, y por los que apostamos decididamente desde Viñaoliva, son muy claros: estamos gestionando mejor nuestros recursos, incrementando nuestra productividad, optimizando e integrando todos nuestros procesos productivos, tener una mayor comunicación en diversos sentidos, y obteniendo información real y eficiente para tomar decisiones empresariales más acordes al mercado”, explica el presidente de Viñaoliva, José Luis Gordillo.

Este grupo cooperativo, constituido por 25 cooperativas que integran a casi 9.000 familias de la comarca de Tierra de Barros, ha implementado así sus procesos industriales y de producción a través de la implantación de nuevas tecnologías que permiten la mejora de esos procesos y el incremento de su orientación empresarial al mercado.

De este modo, existe un constante intercambio de datos entre Viñaoliva y sus cooperativas socias, que se realiza además en un entorno digital seguro. Se trata de una integración vertical de datos entre Viñaoliva y sus cooperativas, en la que la información fluye en ambos sentidos. El objetivo de todo ello es tener información oportuna y relevante en tiempo real, aumentando así su eficiencia empresarial y provocando fluidez de mercado.

“Si tenemos información casi instantánea de nuestras cooperativas socias, y ellas nuestra, podremos tomar decisiones más rápidas de cara al mercado, pero también más adecuada de cara a la producción de nuestras cooperativas y nuestros agricultores”, añade Gordillo.

Así, la digitalización implantada permite obtener datos, que son el motor de esta revolución, acerca de la producción de sus cooperativas socias y su previsión de producción, de las compras que realizan sus clientes y las fechas en que se producen esas compras, entre otra información, para así tener una mejor organización, planificación y orientación al mercado.

Se trata de un objetivo doble de esta importante apuesta de Viñaoliva por la digitalización y la industria 4.0. Por un lado, optimizar la comercialización y, por otro lado, mejorar la organización productiva de las cooperativas y de los agricultores. “Todo eso nos permite saber qué les puede venir bien en el futuro a nuestros agricultores, desde las variedades demandadas o el manejo en el campo hasta la comercialización de su producción, por la amplia visión que tiene el grupo cooperativo Viñaoliva del mercado y de los canales de distribución”, señala el presidente de Viñaoliva.

De este modo, la apuesta por la digitalización se traduce en una apuesta por la producción eficiente de cara a la demanda del mercado, toda vez que los datos y la información obtenida permitirá adaptar en cierta medida la producción a la demanda del mercado para satisfacer las necesidades de sus clientes. Algo que permitirá además diferenciar a Viñaoliva y sus productos de calidad.

“En el plano productivo, podremos dar al agricultor socio la información suficiente para que decida qué hacer con su producción; que no se guíe por una moda puntual de un cultivo en auge sino por información real y relevante que desde Viñaoliva le suministramos referente al mercado y la demanda de consumidor. Así evitaremos que, por ejemplo, se dejen de cultivar variedades de uva tinta para las que tenemos mercado y que son una oportunidad”, subraya el presidente de Viñaoliva

Aprovechar esas oportunidades a partir de decisiones empresariales adecuadas, desde la producción a la comercialización, es el fin de la estrategia en digitalización puesta en marcha por Viñaoliva en su apuesta por seguir creciendo en digitalización e información.